Leer da tiempo es un homenaje a aquellos otros libros que, como semillas o esquejes, fueron capaces de germinar en mi propia escritura, que siguen reverberando como los paisajes que «leímos» a lo largo de nuestra vida y que amplifican nuestro tiempo. No se trata de hacer una descripción de esos libros, ni de resumir su contenido, sino de recoger y proyectar poéticamente las atmósferas, sensaciones, sentimientos o conocimientos que esos libros imprimieron en mi conciencia. Semillas de libros capaces de permanecer dormidas durante años en algún lugar de mí para un día despertar polinizadas por otros libros o anudadas a algunas vivencias esenciales, Leer da tiempo porque nos hace más humanos, en un mundo cada vez más deshumanizado.