Castilla y León es una tierra con un patrimonio histórico de abrumadora riqueza, testigo y herencia de un intenso pasado que contribuyó a forjar el mundo tal y como hoy lo conocemos.

Ese legado histórico y patrimonial, que genera en las instituciones públicas la gran responsabilidad de cuidarlo y transmitirlo, no debe, sin embargo, impedirnos poner los ojos en el presente para descubrir, valorar y apoyar el talento y la creatividad que hoy siguen brotando, con prodigalidad, en nuestra Comunidad.

Esta exposición colectiva, que hemos llamado “IX miradas”, es buena prueba de ello. Nueve artistas de Castilla y León que, durante un año, han podido dedicarse a crear gracias al apoyo de la Fundación de Castilla y León, nos muestran obras caracterizadas por su diversidad, su belleza y su capacidad para interpelarnos.

No en vano, muchos de ellos han trabajado y se han inspirado en el medio rural de Castilla y León y, a través de sus ojos y de sus obras, nos enfrentan de una manera innovadora al reto que suponen la despoblación y el envejecimiento que sufren nuestros pueblos.

Lo que estos artistas –en realidad, lo que cualquier artista– nos invitan a descubrir y contemplar no siempre resulta hermoso y placentero. Pero la luz que aportan resulta imprescindible para ver y comprender el mundo como es.

Por eso me siento orgulloso de poder presentar hoy esta exposición. Apoyar a nueve artistas cada año es una decisión arriesgada, como lo son las obras con las que nos iluminan y nos cuestionan. En el arte, arriesgar es más un deber que una opción; y apoyarlo desde lo público es una obligación que tenemos con nuestro futuro.